En 1999 nace la idea de una sociedad entre Domaines Barons de Rothschild (Lafite) y la familia Catena. El entusiasmo que surge en torno a esta idea se plasma rápidamente en un proyecto: producir un vino único a partir de la unión de dos culturas, francesa y argentina, dos cepas, Malbec y Cabernet Sauvignon, y de la mano experta de ambas casas. La familia Catena, con ya 3 generaciones dedicadas a la vinicultura, recurrió a sus conocimientos de los terroirs en altura de Mendoza y también a su pasión por la cepa Malbec para encontrar los mejores viñedos. Por su parte, DBR (Lafite) aportó su manejo más que centenario del Cabernet Sauvignon, además del arte de producir grandes vinos mediante el ensamblaje de diversas cepas.